domingo, 8 de enero de 2012

La merecida jubilación de David Bowie

La historia de David Bowie, que hoy cumple 65 años, es la de un desgraciado genio marcado para siempre por la desdicha de que, en una carrera de éxitos, su mayor triunfo no es verdaderamente suyo. Y eso jode.

Es cierto que hablar de vida infortunada en alguien multimillonario, casado con la preciosa modelo Iman, que ha cometido todos los abusos que ha querido (y más) con las drogas y el sexo y llega a esta respetable edad en un envidiable estado de forma, es poco menos que una estupidez. Pero David Bowie, del que dicen que nació hace hoy 65 años, lleva en realidad bastante tiempo muerto artísticamente, lo que para un animal de escenario como él, equivale a decir que lleva mucho dejándose morir. Lo que, para que algunos lo entiendan, podríamos definir como “el síndrome de Mozart encerrado en el cuerpo de Salieri”. Un cuadro, vamos.


Pero vayamos por partes: es absolutamente innegable (y me pegaré con cualquiera de menos de 1,60 que se atreva a decir lo contrario) que David Robert Jones fue siempre un fenómeno de la música: olvidemos incluso los continuos rumores sobre que ya fuera diagnosticado como superdotado en el colegio, vayamos a los hechos: alguien que, a los 20 años es capaz de conseguir hacer un disco notable como el homónimo David Bowie, demuestra talento; pero que alguien de apenas 22 años sea capaz de componer la maravilla de Space Oddity, se consagra en la categoría de genio y eleva mi reto a aquellos que midan menos de 1,70.




Después, David hace dos discos que la gran mayoría de artistas jamás serían capaces de hacer en toda su carrera: The man who sold the world y Hunky Dory. Y esa podría haber sido la confirmación de el comienzo de una carrera brillantísima en la que un muchacho de, fíjense, 24 años, iba a marcar el camino a seguir por las generaciones posteriores, erigirse como modelo y estandarte musical, icónico, físico y hasta sexual…
Pero llegó lo que para muchos es el mejor disco de su carrera: Ziggy Stardust and the Spiders from Mars y ahí se jodió todo…

Para empezar, David Robert Jones, que antes había usado el álter ego de David Bowie, quiso transmutarse en un nuevo personaje: pretendía defender en cada entrevista que un extraterrestre había ocupado su cuerpo, indicándole la música que venía del futuro y que él no era más que un simple transmisor de un mensaje cifrado en un disco conceptual que relataba la llegada y posterior muerte de esa estrella del rock endiosada, maravillosa y autodestructiva que acababa muriendo en la más pura soledad.
Déjense de spotifazos, youtubazos o listas de reproducción y escuchen la novela entera: de Five years a Rock´n roll Suicide; tómense un rato para meditar y, si miden menos de 1,72, atrévanse a decir que hay un disco mejor que ese y dispongan arma y sitio.



Luego, David Bowie o David Robert da un concierto en que anuncia su retirada, posteriormente aclara que se refería a la retirada de Ziggy Stardust, que abandonaba su cuerpo y le dejaba seguir con lo suyo. Después, lógicamente, siguió con lo suyo: Aladdin Sane (muy bueno), Diamond dogs (discazo), alejándose cada vez un poco más del estilo que le había encumbrado.
Porque es entonces cuando David Robert empieza a sospechar que la historia del extraterrestre venido a ocupar el papel de estrella del rock venida del futuro que nadie era capaz de interpretar, no era una excusa para un disco conceptual o una maniobra de promoción. Sino justo lo que acababa de pasar. Que un puto marciano se había metido dentro de él, le había hecho grabar con 25 años el mejor disco que iba a grabar nunca y luego le había abandonado. No en la miseria, claro, Bowie siempre tuvo y siempre tendrá talento, suficiente como para producir el mejor disco de Lou Reed, por ejemplo, o para dejar joyas sueltas en Station to Station… Pero cada vez más lejos de su punto álgido, de ese momento en que no necesitaba tocar el cielo con los dedos porque el puto cielo le salía de la garganta haciendo reverencias cada vez que escupía de su boca una sola nota.
Así que, desde ese momento, David Bowie intenta desesperadamente reinventarse y, primero, convencerse de que Ziggy Stardust fue una creación suya y no algo impuesto de fuera, crea el “Duque Blanco” que, es muy parecido pero no igual. Luego, asumiendo que sí, que la cosa no tuvo nada que ver con él y que nunca podrá ser tan bueno como el extraterrestre que le suplantó en lo que se vino a llamar glam-rock o rock andrógino, le da por experimentar primero con el soul: Young Americans. Luego, con paisajes sonoros, letras metafísicas y montañas de cocaína. Así, llegan Low, Heroes, Lodger o Scary Monsters.


Más tarde, se pasa a la música disco: Let´s Dance o Tonight. Atormentado, decide sustituir el éxito artístico por el comercial, se hace más estrella que nunca y ve que eso no logra calmarle. Así que en lo que muchos ven un patético intento de sentirse joven y yo un entrañable grito por volver a ser él mismo, crea un grupo cuando tiene 45 años sin pretender ser el líder ni el gurú. Solo uno más de la banda. Lógicamente, no funcionó.


Desde entonces se ha ido encerrando cada vez más en sí mismo, ha dejado de competir por ser un número uno y prácticamente de actuar y de sacar discos (el último con material inédito es de hace 9 años). Se ha especulado mucho con que tiene problemas graves de salud, pero yo creo que, simplemente, David Robert Jones ha decidido dejar de luchar contra su destino, aceptar que nunca podrá grabar un disco tan bueno como el que hizo ese extraterrestre desde dentro de su cuerpo cuando tenía 25 años y ha decidido disfrutar de todo lo que ha hecho y vivido en este tiempo. Al fin y al cabo, todos hemos tenido nuestro mejor momento a eso de los 25 años. Y, en cambio, como diría Elvis, “es un honor haber sido elegido para ser Ziggy Stardust”. 


5 comentarios:

  1. Visión bastante simplista de una carrera larguísima y complejísima... de la que, creo, no estás del todo informado... Se lee de puta madre, eso sí... Con alguno del q sea menos fanático lo disfrutaré sin pegas ;)

    PD. Él no murió, él no murió, ´le no murió jajajajajaj

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  2. A mi que ese disco (Ziggy) no me entusiasma tanto... Prefiero Staton to Station o Low y creo que lo interesante es eso y que es precisamente lo que le proporciona la dimensión que abarca. Me encanta Bowie en El Ansia o en Dentro del laberinto. Escucho sus últimos trabajos más que Ziggy. Ziggy no es el único disco que Bowie ha creado, por suerte, porque de ser así, puede que ni esta entrada en este blog existiese.

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  3. No puedo estar más de acuerdo con el resumen que has hecho de la carrera de uno de los más grandes.
    Lo que otros califican como simplista, demuestra para mi una gran capacidad para resumir y condensar la larguisima y complejísima carrera del genio, lo cual tiene mucho mérito. Enhorabuena!

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  4. Muchas gracias a los tres por comentar. Supeta, estoy seguro de que sabes muchísimo más de Bowie (y de música en general, que yo), a veces me pierde la boca y sí, tiendo a ser simplista siempre que quede bonito o, al menos, legible. Es verdad que no es, ni pretende ser un estudio en profundidad y que habrá pegas. Pero me alegra que a algunos les haya gustado. Como no pretendo educar ni, mucho menos, dar lecciones, si alguno se ha entretenido ya estoy pegando botes mientras tecleo esto ;)

    Un abrazo a todos y muchas gracias por compartir opiniones por aquí!

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  5. Me ha gustado el post, ademas has conseguido que me escuche el disco entero de Ziggy... voy a ver que mas encuentro por estos lares

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